lunes, 25 de mayo de 2009

En memoria de Simbad, por tí corazón



Hoy me dieron una triste noticia que eclipsó mi alegría por los resultados de mis perros en Talavera, en el punto obligatorio. Mi perrito Simbad, Simbachi para mí, nos ha dejado. Era un perrito dulce, cariñoso, muy pendiente de mí, se hacía querer y que desgraciadamente en sus pocos meses de vida lo ha pasado bastante mal. En la foto lo podemos ver con Ofer, mi perrita marrón, encantadora.

Amigo mío, ahora ya puedes descansar en paz, ya nada te incomodará, ya nada te dolerá, te quiero, te echaré inmensamente de menos y te llevaré siempre en mi corazón, sabes que eras un perro muy querido y sabes que todo lo que he pasado por ti, todas mis preocupaciones y desvelos han servido para ayudarte a luchar contra tu enfermedad, juntos hemos pasado muchas penas, muchos dolores, porque tu dolor era mi dolor, tus sufrimientos los míos, juntos hemos jugado, juntos hemos viajado, eras un amor de perro, además de bello por fuera con una nobleza de carácter difícil de encontrar, eras un poco tímido, pero conmigo te crecías, ibas orgulloso junto a mí, eso ha sido un logro para mí, te añoraré mi dulce perrito, ahora mismo digo esto con lágrimas en los ojos, porque, aunque la vida siga un trocito de mi corazón se fue contigo, donde ahora estés llévalo con orgullo, ahora ya puedes ser totalmente feliz, te quiero Simbachi.


Desde aquí agradecer a Cristina de Madrid por pasar esta última semana con él, por hacerme el favor de intentar que se salvara ya que para mí no era posible el seguir teniéndolo en casa puesto que tengo cachorritos sin vacunar y que en breve dejarán de mamar. Contigo ha estado en sus últimos días, las dos esperábamos que superara su enfermedad, sé que estaba aprendiendo a quererte y a adorarte como viste que me quería y adoraba a mí, sé que contigo también estaba luchando, pero al final esta pudo con su fortaleza. Siento de todo corazón que tuvieras que pasar por algo así, sé que sientes también como yo que se fuera, de todos modos volver a darte las gracias por intentarlo. Tienes razón, era algo que se debía hacer. Ojalá se hubieran cumplido nuestros anhelos y él siguiera junto a nosotros.
El pasado día 13 de mayo, después de estar toda la semana con él en el veterinario, haciéndole de nuevo varias pruebas médicas le diagnosticaron la enfermedad que llevaba arrastrando desde el día que tuve que ir en el fin de semana de la Inmaculada a Cantabria por él, una enfermedad que al final pudo con él.


Vino junto a una cachorrita fruto de una monta externa de Nono de Valneboeiro, macho del que me correspondía un cachorro de dicha monta puesto que esta se efectuó cuando este ejemplar era también de mi propiedad, puesto que pertenecía a mi afijo “ La Teinada”, al día de hoy sigo siendo la titular del mismo aunque no críe con él y aunque mi ex socio haya creído que quitándome la página del mismo y eliminándo a mis perros y a mí de ella también me iba a eliminar de este.
Al tener que subir a Cantabria a por la cachorrita ya que según me informó el individuo que la tenía (no se le puede llamar de otra forma) que era muy costoso para él mantenerla hasta los dos meses en su casa, (le faltaban cinco días para cumplirlos) y no aceptar tampoco que me hiciera cargo de los gastos de envío a Málaga puesto que este debería ser con la cachorra con esa edad y eso le causaba un gran gasto y molestias y a causa de que me volvió a insistir que, o subía por ella o la perdía, eso sí, me la daría siempre con la condición de que le llegaran a su casa los resultados de las exposiciones y pruebas veterinarias de los perros con los que se quedó y que en su día también fueron de mi propiedad y que según él no ha recibido, lo dicho, ya que debía ir a por la cachorra aprovechó para darme a este otro cachorrito, Simbad, la razón que esgrimió fue que así compartíamos sus gastos. A este cachorro lo habían devuelto por no corresponder a lo de él le había contado a la familia que se interesó en tenerlo. Al día de hoy, todos los gastos veterinarios de este perrito los he pagado únicamente yo. También he hablado con la familia que ha sido la que me ha informado de todo lo que él les informó sobre el perrito y que han quedado muy sorprendidos con su comportamiento.


Os contaré ahora su historia.
Nació el día de la Independencia Americana, el 4 de julio de madrugada, me encontraba yo por aquél entonces de viaje de subida a Suecia para ir a la Exposición Mundial. Se quedó a cargo de una amiga de la novia del por aquel entonces mi aún socio, en casa de esta. No os puedo contar sobre como se desarrolló dicho parto puesto que ya habían nacido cuando dicha amiga llegó a la casa. Fueron siete preciosos cachorros a los que conocí cuando ya tenían 5 días de vida, y a los que ya no volví a ver salvo una cachorrita que está en Sevilla y a Simbad en el momento que me lo dieron. Se les dejaron el rabo tal cual lo tenían cuando nacieron a Simbad y a otro de sus hermanos, este de color marrón, a este lo operaron por decisión de mi ex - socio cuando tenía cerca de un mes de vida, creo recordar. A los 20 días de vida se fue esta camada a casa de este individuo donde les ofreció “sus perfectos cuidados”. No puedo escribir nada sobre esto puesto que después de ver como me llegó el cachorro no puedo creerme nada de lo que él pueda decirme sobre su desarrollo.
Eso sí, este perrito que en muchas fotos de cachorro aparece con rabo largo, por decisión unámime del llamado criador y en contra de mi opinión, con cinco meses ya decide operarlo para cortarle el rabo, algo que posteriormente sorprendió a la familia puesto que ellos vieron al cachorrito con rabo largo y pensaban que lo compraban así. Ellos fueron los que posteriormente le quitaron los puntos de la operación para la amputación de su rabito. Por supuesto, no se olvidó de que yo pagara la mitad del coste dicha operación, aunque fuera contraria a ella, como bien que le había indicado con anterioridad.


Cuando me lo dieron, esa misma noche en el hotel observo que sus heces no son como debieran, sospecho de giardias, diagnóstico que luego se confirma. Cuando llego a Málaga lo trato tando a él como a la cachorra Beltza de ellas, pero el perrito sigue encontrándose mal, lo llevo al veterinario haciéndosele allí distintas pruebas y análisis, que me informan de que aparte de las giardias también tiene anemia y una infección de la cual ya sospechan que sea moquillo. Miramos en sus vacunas y cual no es nuestra sorpresa al ver que el calendario de vacunación no es el correcto y que por ello puede tener dicha enfermedad. Como podeis ver en la foto que os pongo y que corresponde a las vacunas que él le puso y de la cual tengo el original.


Se le realiza otro análisis específico para el moquillo en el cual como puede decirnos cualquier veterinario que suele ocurrir, aún no aparece que tenga moquillo aunque tenga varios de sus síntomas. Se le trata entonces de los síntomas que tenía en ese momento, observando una ligera mejoría de ellos. Pasan los días con el tratamiento y Simbachi sigue enfermo, ahora su estabilidad es mínima, parece borracho y no come, lo llevo en fin de año de nuevo al veterinario donde debe quedar ingresado durante tres días, no dándome por entonces muchas esperanzas de vida, pero él era un perro luchador, de esta fase salió adelante, ¡ole mi niño!. Sale del hospital y de nuevo para casa, pasan los días y lo veo mejorar, el temor de esta nefasta enfermedad va pasando, veo como poco a poco coge algo de peso, juega con los demás y es un perro feliz. Lo vuelvo a tratar de las giardias puesto que de nuevo está con diarrea. Es un perro activo, cuando está en el patio o en el jardín siempre está en movimiento, es por ello que tengo pocas fotos suyas, ya que era difícil cogerlo. Siempre pendiente de mí, viene conmigo y algunos de mis demás perros donde yo voy, quienes lo vieron ven que me mira con adoración, de verdad, yo también lo amaba, he luchado junto a él y sé que hice todo lo que estuvo en mi mano por él, es algo que nunca nadie podrá reprochadme.


Pasas otros días y estamos ya cerca de abril, de pronto mi peque deja de comer y beber, se muestra apático, le damos antibióticos y es a mí a la que le toca intentar que siga adelante, con una jeringa es como consigo introducir algún tipo de alimento en su cuerpo, vuelve a estar mejor, ya empieza a comer de nuevo, es la semana de la monográfica, así que viene conmigo puesto que debo estar pendiente a que no deje de comer aunque sea poco. El hombre que lo crió lo ve en la monográfica y no se preocupa por él, le estoy dando de comer, es posible que ni se acerque vaya a ser que le recuerde que es un perro de ambos y del que debe abonarme la mitad de lo que hasta ese momento llevo gastado en veterinario, gastos hasta ese instante de los que está informado mediante email incluidas las facturas escaneadas, siempre que ha debido abonarme algo ha visto sus correspondientes facturas, algo que no he podido nunca decir de lo que le he debido abonar yo a él.


Veo como va cogiendo fuerzas, sin yo saberlo está luchando con una dura enfermedad, puesto que mi esperanza siempre fue que el diagnóstico desde el principio dado no se cumpliera, pero no, lo vuelvo a llevar al veterinario, le hacen radiografías de todo su cuerpo, notamos que su cuello le duele, es posible que sea por un golpe por un choque con los demás al correr, hay que encontrar lo que tiene, se le hace de nuevo otro análisis de sangre donde vemos que sigue con anemia y que está luchando contra un virus que al final ha acabado con su vida. Se le hace de nuevo otro análisis y confirman nuestros temores, tiene moquillo.


Debo valorar su estancia aquí, en su casa. Con todo el dolor de mi corazón debo deshacerme de él, rápidamente hay que buscarle donde vivir, puesto que tengo pequeños cachorros a los que él puede contagiar. Gracias al cielo y a Moira (gracias también a tí por ayudarme a encontrarle un hogar), aparece Cristina, una chavala encantadora amiga de su hija que, aún sabiendo que estaba enfermito y muy débil decide hacerse cargo de mi Simbachito, nos encontramos a mitad de camino de Madrid, Cristina tuvo la inmensa consideración de hacer que yo hiciera menos kilómetros que ella, te estoy agradecida también por esto. No esperábamos ninguno de nosotros este trágico y rápido desenlace.


Todo esto que ha pasado Simbad, junto a lo que ha pasado mi hijo, yo, y lo que ha pasado Cristina, la señorita que lo adoptó, hay que agradecérselo a la persona que lo crió, un individuo que se define a sí mismo como “gran criador”, un perfecto profesional de la cría canina, amante de los animales y que, siempre según él, se preocupa mucho de que los perros criados en su casa sean perros sanos y equilibrados, he podido comprobar perfectamente con este cachorro, ya jovencito cuando su cuerpecito no ha podido más, la validez de todas sus palabras. Hay que agradecerle por el control tan estupendo que ha hecho a su correcta desparasitación, a mí me llegó con giardias y anemia, también hay que agradecerle que tuviera que tratar a todos los míos de ella como prevención a la misma con su correspondiente coste, a la perfecta vacunación que le ha dado, mucho más teniendo en cuenta que yo sí que le he pagado las vacunas que se les compraron a estos cachorros y que se suponía que él debía de ponerle. Por supuesto y muy importante me dijo que no se me fuera a olvidar pagarle la mitad de ese perrito, si de guapo que era me quería quedar con él, lo mismo es que yo, con mi forma de pensar esté equivocada en lo que es ser un criador, y sea así con esta falta de responsabilidad como se debe de cuidar a los cachorros.

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